domingo, 12 de julio de 2009

Contradicciones respecto al ocio


Me cuesta mucho descansar. Pese a que con los años he mejorado, aún no disfruto totalmente del "no hacer nada". Puede ser porque me pongo a pensar mucho, y no siempre lo que pienso es agradable. Se mezclan muchas cosas, la mente se confunde, se pierde parte del sentido de existir. ¿Será que necesito algo? Es muy probable, pero no logro identificarlo bien ni darle una forma o un concepto claro.

Pero cuando estoy trabajando mucho, sólo deseo tener días de ocio, o no tener que trabajar para subsistir, sino que sólo hacer lo que me de en gana en el momento que lo necesite. Contradictorio, ¿no? Cuando estoy más libre de tiempo, quiero ocuparme, y cuando estoy ocupada, quiero descansar... ¿será esta paradoja algo común?

Lograr el placer en el "no hacer" es algo que, si bien es difícil, no es imposible de lograr. Contemplar la naturaleza, ser conciente del propio cuerpo, identificar tranquilamente las propias emociones, disfrutar del silencio, observar a las personas que nos rodean, son actividades que, cuando les permito entrar, son exquisitas.